sábado, 18 de diciembre de 2010

El Puente del Arco Iris

A diferencia de la mayoría de los días en el Puente del Arco Iris, este día amaneció frío y gris, húmedo como un pantano y triste como se lo pueda imaginar. Todos los recién llegados no sabían qué pensar, porque nunca habían pasado por un día así antes. Pero los animales que habían estado esperando a sus amadas personas sabían exactamente lo que estaba pasando y comenzaron a reunirse en el sendero que conducía al Puente para mirar.
No pasó mucho tiempo antes que un animal anciano apareciera, con la cabeza gacha y arrastrando la cola. Los otros animales, aquellos que habían estado allí mucho tiempo, supieron enseguida cuál era su historia, porque habían visto esto muchas veces.
El animal se aproximó lentamente, era evidente que sentía una gran pena pero no estaba enfermo ni lastimado. A diferencia de los otros animales que esperaban en el Puente, este no había recuperado su juventud ni su salud ni su fortaleza. Mientras caminaba hacia el Puente, miró a todos los otros animales que lo miraban a él. Sabía que estaba fuera de lugar allí y que cuanto antes cruzara, mejor sería para él. Pero, sin embargo, cuando se aproximó al Puente, se le apareció un Ángel que le obstruyó el camino y que se disculpó, diciéndole que no podía pasar. Solo aquellos animales que habían vivido con sus personas podían cruzar el Puente del Arco Iris. Sin lugar dónde ir, el anciano animal se volvió a los campos antes del Puente y vio a un grupo de animales como él, ancianos y enfermos. No estaban jugando, sino sentados simplemente en el pasto verde, mirando con nostalgia el sendero que conducía al Puente del Arco Iris. Y entonces, se quedó con ellos, mirando el sendero y esperando.
Uno de los recién llegados en el Puente no comprendía lo que había visto y le pidió a uno de los otros animales que había estado allí desde hacía tiempo que le explicara.
“Verás, ese pobre animal fue salvado. Fue recibido en un hogar de animales tal como lo ves ahora, un animal anciano con su pelaje gris y sus ojos nublados. Nunca fue adoptado y murió solamente con el amor de la persona que lo salvó para que lo reconfortara cuando dejó su existencia en la tierra. Como no tenía una familia que lo amara, no tiene quien lo acompañe a través del Puente.
El primer animal se quedó pensando un momento y luego preguntó, “¿Entonces, qué ocurrirá ahora?” Cuando le iban a responder, las nubes se abrieron de repente y el lugar se llenó de alegría. Pudieron ver una sola persona que se aproximaba al Puente y entre los animales más ancianos, todo un grupo fue iluminado por una luz dorada de repente y todos ellos recuperaron su salud y su juventud, tal como habían sido en el mejor momento de sus vidas.
“Mira”, le dijo el segundo animal. Un segundo grupo de animales que estaba esperando se acercó al sendero y todos agacharon su cabeza cuando la persona se les acercaba. Esta persona les acariciaba la cabeza o les rascaba las orejas. Los animales rejuvenecidos se pusieron en línea y la siguieron hacia el Puente. Todos ellos cruzaron el Puente del Arco Iris juntos.
"¿Qué pasó?”
"Esa persona que viste salvó y ayudó a animales en su vida. Los que viste saludarla con respecto fueron aquellos animales para quien esta persona encontró hogares. Ellos cruzarán cuando sus nuevas familias lleguen. Los que viste rejuvenecidos fueron aquellos que nunca encontraron un hogar. Cuando un salvador llega, esta persona puede realizar un acto más, un acto final para salvar animales. Ella puede acompañar a estos pobres animales que no pudieron ayudar en la tierra a cruzar el Puente del Arco Iris".
"Creo que me gustan estas personas que salvan animales", dijo el primer animal.
"A Dios también”, fue la respuesta
 

PROTEGER ZONA SUR © 2008. Template Design By: SkinCorner